Luego de decisión de devaluar la moneda el pasado 8 de enero, el gobierno se dio a la tarea de tratar de disminuir el efecto negativo de la devaluación, anunciando controles de precios, aumento del salario mínimo y la oferta de subastas de bonos por parte del Banco Central para intervenir el llamado “mercado paralelo” de divisas.
Más aún el presidente ha redefinido el término económico indicando que la medida adoptada fue una Revaluación del bolívar, lo cual simplemente persigue tratar de minimizar el drástico efecto que implica la medida en sí.
Quizás lo más interesante de todo esto es la percepción internacional, que ha visto positiva la medida e inclusive le ha otorgado a la nación una mejora en su calificación de riesgo, lo cual ha hecho que la deuda sea más atractiva en los mercados internacionales generando aumentos de más de 15 por ciento en los precios de algunos de los títulos de esta.
Los inversionistas internacionales ven el lado positivo; menos necesidad de emitir deuda, para financiar necesidades internas en bolívares y un ajuste al desequilibrio del mercado cambiario. Todo parece indicar que la medida cumplió su efecto.
Para complementar todo el gobierno anuncia subastas de títulos que en realidad son más bien ofertas ya que el precio es fijo; es decir no hay la famosa puja que tradicionalmente hay en este tipo de eventos, lo cual tiene lógica ya que el gobierno no quiere que el dólar alternativo se dispare y ante la fuerte demanda por la moneda y la poca oferta, lo más seguro es que el precio se dispare.
En todo caso; estas subastas le otorgan un respiro al mercado, ya que si bien no se reciben los dólares inmediatamente, hay la posibilidad de obtenerlos. El problema aquí radica en que este esquema posiblemente no baje el precio del dólar, ya que nadie va a salir de sus dólares hoy a un precio inferior a 5,8 para tener que esperar tres meses para recibirlos a 5.
Esta situación quizás mejore, en la medida que el estado utilice otros títulos, como por ejemplo los bonos recomprados de PDVSA que hoy en día se cotizan mucho mejor que en el pasado y que podrían impulsar aún más el mercado hacia la baja.
Hasta ahora todo bien, hasta que volvemos a llegar a la barbarie de las expropiaciones. ¿No era más fácil ceder un poquito y reunirse con el sector comercial los empresarios y llegar a un acuerdo? Es más yo creo que el sector comercio podría haber aguantado un poco el aumento de precios ya que muchos de ellos ya tienen sus precios con el dólar a 10 bsF. No digo que sean unos santos, pero cerrar comercios y expropiar.
¿Con qué dinero piensa el Estado expropiar? Todavía no ha cumplido los compromisos de las expropiaciones anteriores y sus ingresos se han reducido ¿entonces?. ¿Dónde está la generación de confianza?. A este paso el posible efecto positivo de la devaluación pase muy rápido y tendremos la misma situación de riesgo, con un precio del dólar más caro.
Si la intención es sofocar el aparato productivo y a los sectores financiero y empresarial del país para hacerlo sucumbir; van por muy buen camino, sólo espero que en el camino no terminen chamuscados ellos mismos.
Hasta una próxima entrega!
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Feliz tarde Prof. Alfredo. Soy estudiante de pre grado en economía, y me tomo el atrevimiento en pedirle sugerencias de tema para mi proyecto de tesis. De modo de desarrollarlo como anteproyecto.
ResponderEliminarEspero su pronta respuesta.
Gracias de antemano!