1.2.10

UNA CRISIS DE VALORES

En una conversación de esas familiares de fin de semana, discutíamos acerca del papel que debería tener el Estado en la conducción del país y todos de una forma u otra, parecíamos coincidir con la idea de un Estado regulador, que ejerza control no represión sobre los llamados factores de producción y que provea el piso regulatorio necesario, para que exista confianza en las instituciones del país.

Esta concepción deja una pregunta abierta, ya que si el estado debe encargarse de la salud, la educación, la defensa y la administración de justicia; entonces ¿tiene sentido un Estado empresario? Las respuestas pueden ser varias y hay casos a favor y en contra. En lo personal, considero que el Estado no debería ser un actor directo en la actividad empresarial, salvo en casos excepcionales.

Hacia el final de la discusión, nos topamos con esta idea: que pasa si el Estado falla como regulador, ¿es responsable de los problemas del país?. Tomemos como ejemplo la reciente crisis financiera;¿es culpa del Estado que los Administradores de Instituciones Financieras hayan llevado a estas empresas a la quiebra por su falta de ética?

En teoría, el Estado es un regulador de la actividad, no de la condición humana por lo que no podríamos culparlo por la falta de ética de los empresarios, pero no podemos negar que si hay una corresponsabilidad , en el momento en que permite que se realicen operaciones y se tomen acciones que atenten contra los ahorristas, inversionistas, consumidores, etc. El mercado no es capaz de autorregularse; esto es como pedirle a los jugadores de un equipo de fútbol que no le den una zancadilla a un jugador que se escapa con el balón. Lo vana hacer al menos que haya un árbitro corriendo al lado para ver la jugada. Es una problmea de la condición humana de sus valores.

Es por ello que Estado no puede ser el culpable de todo, como tampoco el sector privado, pareciera ser entonces que la causa radica no en ámbito de la regulación, sino en el de los valores, de los principios, de la ética, de la moral.

Todo esto puede parecer absurdo e inútil, pero en el fondo nos explica muy bien lo que está pasando, no estamos ante una crisis económica, ni política; estamos ante una crisis de valores y Venezuela no es la excepción, hay falta de valores democráticos, civiles, sociales, personales… y esta carencia la tenemos que combatir hoy en día informando, educando, actuando correctamente y demostrando que hay valores más fuertes e importantes que un discurso populista, que una oportunidad de negocio, que un cargo político o una investidura presidencial.

Hasta una próxima entrega.



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1 comentario:

  1. Un artículo que se suma a la discusión sobre el tema de los mutuos: la posición de la academia.
    http://www.instituto-finanzas.com/blog/2010/02/08/los-mutuos-regulacion-o-eliminacion/

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